Hoy El Salvador está de fiesta pues se celebra el día de Nuestra Señora de la Paz, la advocación mariana cuya imagen encontrada en una caja abandonada en el mar fue determinante para la pacificación del país, agitado por las revueltas entre la población en 1682.

Historia del Hallazgo

En el año de 1682, unos mercaderes se encontraban en las riberas del Mar del Sur, vieron en la playa una caja de madera que había sido posiblemente arrojada por la fuerza de las aguas. Los mercaderes trataron de abrir la caja para ver su contenido, pero estaba sellada y les fue imposible abrirla, por lo que optaron por dejarla abandonada en el mismo lugar.
 
Pocos días después, otros mercaderes vieron la caja y estimaron que algo interesante podía contener. Solicitaron entonces de un vecino inmediato para que les prestase una burrita, que estaba asida a un árbol, para conducir la caja a la Ciudad de San Miguel.
 
Los caminos de aquel lugar eran intransitables y peligrosos a causa de los piratas ingleses. El medio obtenido para el transporte de dicha caja resultaba incomodo, por lo que el recorrido tardo varios días. El 21 de Noviembre del citado año llegaron al final de la jornada.
 
Los conductores de la pesada carga, habían dispuesto dar cuenta a las autoridades, pero se dio el caso de que la burrita, con la preciosa carga, se echó en tierra en plena plaza pública, frente a la antigua Iglesia Parroquial, donde se encuentra la Catedral Migueleña.
 
Se procedió entonces a abrir la caja. Después de retirar algunas envolturas, con gran sorpresa, se dejo ver el rostro resplandeciente de una bella imagen con un niño.
 
La noticia cundió inmediatamente; así las revueltas fratricidas en que se encontraba la población, terminaron pronto, deponiendo las armas, a la vez que volvía la calma a los vecinos que desesperados, llevaban tiempo en angustiosas situaciones de desorden.
Para perpetuar aquel acontecimiento de gran trascendencia, colocaron la imagen en el atrio de la Parroquia y a los pies de María se juró solemnemente no guardar rencores y borrar el odio de los corazones para que la Paz germinara en Fraternidad y Reconciliación. Por esto dieron a la imagen el hermoso titulo de Nuestra Señora de La Paz.
 
El origen de la imagen permanece en el misterio, pues nunca se pudo conocer qué destino tenía aquella caja, ni como llegó a las playas del Salvador.

En enero de 1833, cuando el país estuvo nuevamente agitado por enfrentamientos, ahora entre los llamados monualcos y migueleños, la Virgen realizó otro milagro.

Cuenta la historia que la intercesión de la Virgen de la Paz fue determinante para la pacificación del país, agitado por las luchas entre monualcos y migueleños en enero de 1833.

Estos últimos fueron derrotados por el coronel Benítez, quien junto a sus tropas entró en la ciudad San Miguel. Queriendo dar testimonio de su benevolencia hacia los migueleños y sustentar la paz sobre una base sólida, mandó sacar del atrio de la iglesia parroquial la venerada imagen de Nuestra Señora de la Paz.

Luego de alinear sus tropas en torno a la imagen, se postró ante ésta y colocó su espada a los pies de la Virgen, tomándola por testigo. El coronel Benítez volvió a tomar su espada y después de haberle rendido homenaje a la Virgen la regresó a su Santuario.

Desde este momento llegó la paz a la región y cesaron las revueltas. 

El bando triunfador al mando del coronel Benítez, quien junto a sus tropas entró en la ciudad San Miguel, en vez de tomar represalias hizo colocar la bendita imagen en el atrio de la iglesia y a los pies de María se juró solemnemente no guardar rencores y borrar el odio de los corazones para que la paz origine fraternidad y reconciliación.

Por este motivo le dieron a la imagen el hermoso título de Nuestra Señora de La Paz. Está tallada en madera vestida, con un bordado del escudo nacional sobre su falda blanca. Lleva en su brazo izquierdo al Niño Jesús y en mano derecha una palma de oro en recuerdo de la erupción del volcán Chaparrastique en 1787, que amenazó con hundir a la ciudad en un mar de lava.

Se dice que cuando la imagen de Nuestra Señora de la Paz se colocó en la puerta principal de la Catedral, en ese mismo momento la fuerte corriente de lava cambió de dirección, apartándose de la ciudad.  En el punto exacto donde la lava torció el rumbo hay un pueblo que se llama «Milagro de la Paz».

Milagro de 1787

La Tradición afirma que el día 21 de septiembre del año 1787 – A 105 años después del hallazgo-, el volcán Chaparrastique entre grandes y espantosos temblores de tierra y tempestuosas tormentas eléctricas, hizo una de sus más formidables erupciones que se tienen registro.

Según los cronistas de la época una enorme corriente de lava ardiente tomo rumbo a la ciudad, amenazándola de una inminente destrucción. Angustiados los vecinos, se congregaron en la plaza principal, junto a las autoridades locales, sacerdotes, religiosos franciscanos y mercedarios, quienes infundían confianza al afligido pueblo, exhortándolo a pedir a Dios misericordia con arrepentimiento de los pecados y a invocar la protección maternal de la Virgen María.

Decidieron con ello sacar la imagen de Nuestra Señora de la Paz a la puerta principal de la antigua Iglesia parroquial (Hoy Parroquia San Francisco de Asís). Y colocada que fue frente a las fuerzas volcánicas, al aparecer la sagrada Imagen, al grito de «Sálvanos Reina de la Paz», la corriente de lava inmediatamente tomó otro rumbo buscando al sur de la ciudad, llegando está según la tradición hasta los terrenos que actualmente ocupa la populosa Colonia llamada “Milagro de la Paz”; Ya en la nueva dirección el material incandescente cubrió grandes extensiones de tierras fértiles. Se refiere además que posterior al evento, en el cielo se dejó ver con toda la claridad la imagen de una palma formada por blancas nubes, cuyo pie fue a posarse en el inmenso cráter del turbulento volcán. Viendo en esto una señal del amparo de la Virgen, el pueblo decidió colocarle en la mano una palma de oro, semejante a la que habían contemplado.

Las autoridades vigentes en ese momento conocidas como Corporación Municipal, con distinguidos vecinos de la Ciudad, entre religiosos franciscanos y mercedarios, en nombre del pueblo agradecido formularon y juraron estos votos a su nueva Patrona:

  • 1º. Celebrar a perpetuidad, todos los años, la conmemoración del portentoso milagro;
  • 2º. La víspera del 21 de septiembre ayuno de todo el pueblo, rigurosos, hasta los niños de pecho, en señal de penitencia y mortificación voluntarias.

Benedicto XV concedió la coronación canónica de la imagen, que se efectuó el 21 de noviembre de 1921.  El 10 de octubre de 1966, el Papa Pablo VI, a través de la Sagrada Consagración de Ritos, constituyó y declaró de manera perpetua, a Nuestra Señora de la Paz, Patrona Principal de la República de El Salvador, con todos los honores y privilegios litúrgicos correspondientes.

Erigimiento de Catedral y Patronato oficial

El 21 de noviembre de 1862 el entonces presidente de El Salvador Capitán General Gerardo Barrios, natural del departamento de San Miguel, colocó la primera piedra de la actual Catedral, santuario que guarda actualmente la Imagen de la advocación. Los trabajos culminaron el 21 de noviembre de 1962, justamente cien años después, dándose apertura a la feligresía, siendo Obispo de la Ciudad en ese momento Mons. Miguel Ángel Machado.

La imagen se trasladó desde su primer templo –la Iglesia de San Francisco- en un altar de mármol de Carrara, aparte de ello también se trasladaron numerosos vitrales con imágenes que narran pasajes bíblicos, estos según la tradición provenientes de México. En la parte exterior lucen en mármol las estatuas del Capitán D. Luis de Moscoso, fundador de la ciudad y del Capitán General Gerardo Barrios, iniciador de los trabajos de la Catedral.

Coronación de la Virgen de la Paz

El reconocimiento de patronazgo por parte de la Diócesis de San Miguel y la Iglesia católica de El Salvador tuvo lugar el 21 de noviembre de 1921. El primer Obispo de San Miguel, Mons. Dueñas y Argumedo –yacente en la cripta del Santuario- obtuvo del papa Benedicto XV la Coronación Canónica de la Virgen de la Paz.

La ceremonia tuvo lugar en el parque frente a la Catedral. Se efectuó después de la Misa Pontifical oficiada por Mons. Dueñas; la homilía estuvo a cargo de Mons. Félix Ambrosio Guerra, arzobispo de Santiago de Cuba. En presencia del Señor presidente de la República de El Salvador, Don. Jorge Meléndez, acompañado de su gabinete de Gobierno y ministros, del Cuerpo Diplomático y Consular, arzobispo y obispos de Centroamérica y miles de personas asistentes.

En el momento de ser colocada la Corona en la Imagen, el Jefe de Estado depositó un simbólico bastón de mando a los pies de la Imagen y más de 150 palomas blancas fueron echadas al vuelo como signo de paz. Se canto el Himno Oficial de la Coronación Pontificia (Actual Himno a la Virgen de La Paz), cuya letra escribió el Sr. Obispo Dueñas y la música compuesta por el italiano Juan Aberle, mismo que también lo hiciese anteriormente para el Himno Nacional del país centroamericano.

En memoria de este acontecimiento se celebra cada aniversario con una Misa solemne en la Catedral migueleña y posteriormente una populosa procesión, que recorre las principales calles y avenidas de la ciudad. También desde entonces quedó establecida la llamada «Romería de Peregrinos» en honor a la Reina de la Paz.

Mención del Papa Pio XIII

Con ocasión del Congreso Eucarístico Nacional realizado en El Salvador en el año de 1942, el papa Pío XII dirigiéndose a la feligresía salvadoreña, hizo la siguiente mención a la advocación:

«Que Nuestra Señora de la Paz os coloque a todos bajo el amparo del simbólico ramo que en su Iglesia de San Miguel alza en su mano derecha, y cuyo nombre amaríamos ver proyectado sobre el mundo entero.»

Proclamación oficial de Patronazgo Nacional

El 10 de octubre de 1966, el papa Pablo VI, a través de la Sagrada Consagración de Ritos, constituyó y declaró de manera perpetua, a Nuestra Señora de la Paz en San Miguel, con el título de Patrona Principal de la República de El Salvador, con todos los honores y privilegios litúrgicos correspondientes.

 

Fuente: aciprensa y wilkipedia

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